Acanthophis es un género de serpientes elápidas extremadamente venenosas. Comúnmente llamadas víboras de la muerte, son nativas de Australia, Nueva Guinea e islas cercanas, y están entre las más venenosas del mundo. El nombre del género proviene del antiguo Griego acanthos/ἄκανθος "espina" y ophis/ὄφις "serpiente", refiriéndose a la espina en la cola de la víbora de la muerte.
Descripción[editar]
Las víboras de la muerte son muy parecidas a las vipéridas, tienen un cuerpo corto y robusto, cabeza de forma triangular y pequeñas escamas suboculares. Además tienen pupilas verticales y muchas escamas pequeñas en la parte superior de la cabeza. Sus colmillos son además más largos y móviles que en la mayoría de los elápidos, aunque aún están lejos del tamaño visto en algunas verdaderas víboras. A pesar de su nombre y apariencia no son totalmente víboras (víboras aquí en el sentido de pertenencia a la familia viperidae). Este es un caso de convergencia evolutiva.
Normalmente les lleva 2 – 3 años alcanzar el estado adulto. Las hembras, en general, son levemente más grandes que los machos. Pueden ser fácilmente distinguidas de otras serpientes australianas a causa de un pequeño gusano como señuelo en la parte terminal de la cola, el cual se usa para atraer a la presa. La mayoría tiene grandes bandas alrededor de su cuerpo, aunque el color es en sí mismo variable, dependiendo de su localidad. Los colores son usualmente negro, gris o rojo y amarillo y amarillo, pero además incluyen marrón y verdoso-gris.
Una víbora de la muerte puede ir desde una posición de ataque, morder y envenenar a su presa, y retornar a su posición de ataque otra vez, en tan poco como 0,13 segundos, literalmente en un parpadeo.
Veneno
Las víboras de la Muerte inyectan en promedio 40 – 100 mg de veneno extremadamente tóxico (DL50 0.4 – 0.5 mg/kg murino subcutáneo) con una mordedura. Esto hace de la mordedura no tratadas de las víboras una de las más peligrosas del mundo (clasificada en las top 10 en la lista de CSL).
El veneno de las víbora de la muerte es completamente neurotóxico, no contiene ni hemotoxinas ni miotoxinas, a diferencia de la mayoría de las serpientes.
Humanos y mordedura
Una mordida causa parálisis. Aunque esta parálisis es leve al principio, puede causar la muerte por un paro respiratorio completo en tan poco como seis horas. El pico de síntomas se produce a las 24 – 48 horas.
Los síntomas de envenenamiento pueden revertirse por medio de uso de antiveneno de víbora de la Muerte, o usando anticolinesterasas, las cuales rompen el bloqueo sináptico haciendo que la acetilcolina esté más disponible para el sistema nervioso parasimpático, mitigando así los efectos del veneno
Antes de la introducción del anti veneno, el 50% de las mordidas de la víbora de la muerte eran letales. Ahora, con el anti veneno, y dado al lento progreso de los síntomas de envenenamiento, las muertes por la mordedura son muy raras en Australia. En Nueva Guinea, las muertes provocadas por la mordedura de estas serpientes aún son comunes.
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